La frase “somos lo que comemos” cobra aún más sentido cuando entendemos cómo la alimentación influye directamente en nuestra salud. Una nutrición adecuada no solo es clave para mantener un peso saludable, sino que también desempeña un papel fundamental en la prevención y manejo de múltiples enfermedades crónicas.
La prevención comienza en el plato
La evidencia científica ha demostrado que una dieta balanceada rica en frutas, verduras, proteínas magras y granos integrales puede reducir significativamente el riesgo de padecer enfermedades como:
Además, una buena nutrición fortalece el sistema inmunológico, mejora el estado de ánimo y contribuye a una mejor calidad de vida.
Apoyo nutricional durante el tratamiento de enfermedades
Una alimentación controlada y bien planificada puede mejorar el pronóstico de pacientes con enfermedades crónicas, agudas o en recuperación postquirúrgica. Por ejemplo:
El acompañamiento de un nutricionista es vital para adaptar la dieta según las necesidades y condiciones específicas de cada persona.
Alimentación deficiente: un factor de riesgo silencioso
Una dieta alta en ultraprocesados, grasas trans, azúcares añadidos y sodio puede ser tan perjudicial como el sedentarismo o el tabaquismo. Estos hábitos alimenticios pueden acelerar el desarrollo de enfermedades crónicas y dificultar su tratamiento.
Hábitos que favorecen la prevención y el tratamiento
En Hospital Santa Fe te ayudamos a cuidar tu salud
En nuestro hospital contamos con un equipo de nutrición que acompaña tanto a pacientes sanos como a quienes viven con alguna condición médica. Además, ofrecemos paquetes preventivos que incluyen evaluaciones de laboratorio, chequeos médicos y orientación nutricional.
Recuerda: una buena alimentación no solo mejora tu salud actual, sino que también protege tu futuro. Consulta con nuestros especialistas y da el primer paso hacia una vida más saludable.